En el despacho de la muerte

Nota: Hace unos años tuve que hacer mi versión de “cómo creía que se acabaría el mundo” para una clase. Si bien no es mi favorito, pensé que estando en esta “última semana de vida en la tierra” sería interesante compartirlo (por aquello de no salirme del tema).

En el despacho de La Muerte:

Una visita al cielo y diez minutos de reencarnación.

Nota: Este post fue hecho a modo de entretenimiento, como un simple chiste. Nada de lo escrito aquí representa una crítica y/o burla a ninguna creencia. Si es religiosamente sensible quizá no deba leerlo, la intención no es ofender, si no entretener… por lo menos esta vez.

Abrí los ojos y estaba en un lugar completamente blanco. Donde quiera que mirara, solo veía el blanco extenderse infinitamente, sin paredes ni ventanas, solo blanco. Frente a mí había un hombre, bastante joven diría yo, tendría unos dos o tres años por encima de los míos (¡No me digan que con 40 años soy un viejo, por Dios!). Tenía una apariencia amigable y vestía de blanco, casi se confundía con el resto del lugar.

Delirios I

Ahí estaba yo, parado en la entrada de mi cuarto, mirando hacia la cama. En ella había un cuerpo mirando al techo, un cuerpo de mujer que se retorcía. Me acerqué un poco y me sorprendí al ver que no tenía rostro, sólo piel. Tras la piel se oían los gritos amortiguados de esa mujer tan extraña. La observo atemorizado y veo como, de pronto, la piel comienza a abrirse y revela un rostro hermoso y unos ojos claros que me miran. Tras mirarme se callan los gritos de la dama. Entonces dirige su mirada hacia algún punto detrás de mí y comienza a reírse. Algo en su risa me causa escalofríos y temor. Me volteo a ver qué era lo que ella tanto miraba y me sorprende lo que veo. Un hombre parado en la puerta, un hombre con cabeza de cuervo que me miraba directamente. Puedo oír su respiración claramente, comienza a acercarse a mí y mi corazón se acelera a la vez que la oscuridad me envuelve…

 

En ese momento desperté y me di cuenta que no debí haber tomado tanto la noche anterior…

Religiones… separando personas desde tiempos inmemorables

Hace tres posts dije que no suelo criticar las religiones; este va a ser la excepción (OJO: Dije criticar religiones, NO religiosos. Si eres religioso, por favor no te ofendas, esto no va dirigido a ti). Las religiones, muchas veces, están llenas de hipocresía. No digo que Jesús, si existió, fuera hipócrita, todo lo contrario,

Nuestra vida

Cosa cómica nuestra vida. Empezamos a vivir, somos niños y soñamos con ser mayor. Pero… Para qué? Nos vamos volviendo autómatas guiados por una rutina convertida en monotonía. La vida se vuelve lo mismo, nos guiamos por nada, no sabemos a donde vamos, pero algo es seguro: queremos llegar. Nos cerramos en ese circulo en el cual sólo vivimos nosotros, no hay nadie mas. Somos un robot creado por la sociedad. Una sociedad que aunque esta compuesta de millones de personas, todos son uno solo.