Caperucita Roja sostenía el corazón del Malvado Lobo Feroz en su mano. Ese maldito lobo que planeaba comérsela haciéndose pasar por su abuelita ya no le haría daño, ya había pagado las consecuencias. Ahora yacía inerte en la cama con el pecho abierto y hueco. El corazón aún latía en la mano ensangrentada de Caperucita. El corazón…